martes, 15 de febrero de 2011

Triste...

Triste,entre susurros,
al darme cuenta,
de que mi voz es y será
un cántaro
que acabará roto o estrellado.

Triste, más bien desatinado,
por querer ver,
con estos ojos,los picos más remotos,
los colores prohibidos y sus formas locas...
Con estos ojos cansados.

Triste, voy ambulante,
Por despecho:de lado a lado,
y conozco nueva gente
casí aún más triste,
que la aburrida carne.

Triste,desde que no te veo,
pero te imagino.
Triste desde que no te hablo...
 Pero creo escucharte.
Triste y perdido,
por miles de mundos a diario.
Y todos ellos tristes y aburridos,
alicaidos, y cabizbajos.
 Deprimidos.

Triste como la voz en off de una radio.

Triste porque se distorsiona tu imagen,
y no puedo hacer más que recordar momentos,
que tal vez existieron...
Ya no lo sé con certeza...
Triste porque ya sin cabeza,
te escribo,
una carta que nunca llegará a tus manos,
Y si llega,
Será el fracaso quien llegue, y llame a tu puerta,
Triste,ya más bien enajenado por la pena,
Por la pena, y porque te has ido.
Y me has dejado esta condena.

Marco Vázquez Bisso.

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